La clave de los símbolos II - por Luis García

LA ÚLTIMA BARAJA

GÉNESIS

En los días siguientes a la primera invasión de Irak, hubo un cruce con la editorial de Tamariz, y en lugar de editar la recopilación que se estaba haciendo de la EMM, salió la Última Baraja.

Era un folleto en el que se describían dos juegos enlazados que tienen una historia. El Eterno Retorno, mi versión de los “Ases Culebreantes” de Ascanio y las Cartas Ácratas, mi versión de “As Rey y Fantasía” de Fred Kaps, dos juegos de pocas cartas que hacía habitualmente en aquella época, primero uno y después el otro, simplemente cambiando las cartas en el bolsillo, porque aparentemente se trataba del mismo póker.

Cuando nos visitó Fred Kaps se hizo una grabación en la sede de la EMM y esos eran los dos juegos que mas a mano tenía. Frente a una cámara no se podía hacer ese cambio, propio de ambientes mas informales. Entonces surgió el concepto de bloque de acoplamiento, y así, un juego surgía de la baraja que además era el soporte para hacer el cambio al otro juego.

Pues bien, esa combinación fue la que se publicó con el título “La Última Baraja”, iniciando la serie que culminó con los Mensajes.

Realmente la baraja eran los dos juegos enlazados, en el Bloque de Acoplamiento, y luego un paquete de cartas que añadidas al bloque le daban el aspecto de una baraja.

Esas cartas añadidas eran como una baraja de mago, que son unas cuantas cartas, que ni están todas ni se espera que estén.

Al conjunto lo llamé la Última Baraja porque sería la que yo salvaría en ese hipotético incendio que acabaría con todo lo demás, puesto que contenía mis dos Secuencias Alucinatorias favoritas, formando el germen de lo que luego sería una Línea Escénica

Naturalmente con las cartas que hacían de soporte podía hacerse cualquier otro juego,

que servía de entrada (Agua y Aceite, Atenta Mirada, Tres Cartas…)

De esta insólita forma surgió el concepto de “La Última Baraja”

Era el año 1991, poco antes de que todo acabara, y el sueño placentero que nos envolvía se convirtiera en pesadilla.

LAS CARTAS PARA ROMPER

Con Luis Arza tengo una amistad muy antigua, lo que nos permite no estar de acuerdo en todo lo que nos apetezca. incluso nos permitimos el lujo de ampliar nuestras diferencias para que parezca que discutimos, cuando en el fondo, casi que opinamos lo mismo.

Me refiero al tema de las cartas para romper.

Esta claro que cuando yo aparecí diciendo que las cartas no pueden romperse, me estaba refiriendo a una baraja muy especial, la Baraja Simbólica, y no tuve en cuenta que algunos de los juegos estrella de Luis son cartas rotas y carticidios varios.

En las barajas actuales, romper cartas parece lo natural, porque son malísimas y bienvenidos sean los juegos que consisten en romper cartas.

¿Pero romperíamos las cartas de una baraja que costara 300€, que es el precia actual de las Fournier 505 Pavo Real, que nosotros usábamos en los años 70?.

¿O incluso si fueran los 20€ de un tarot normal?

Parece que no es razonable, pero si es una baraja Second que vale 1€, las cartas son, evidentemente, para machacarlas, que duda cabe.

y cuanto antes mejor.

Estoy exagerando. Las barajas nunca son para romper cartas, porque una baraja es una estructura que tiene una unidad en si misma, como un libro al que no se le andan arrancando páginas.

Otra cosa es un grupo de cartas, sin una estructura definida.

En resumen, de una baraja valiosa no se van rompiendo las cartas, pero un grupo de cartas quizá sean precisamente para romper.

Yo tengo mis últimas barajas completas, perfectamente estructuradas, con sus cartas de apoyo compatibles, y el resto de las cartas son material de desecho, para pintar, quitarle dorsos, hacer cartas especiales, pruebas…

Y esto nos lleva al concepto clave de los efectos estructurales.

UNA CHULADA ACTUALMENTE IMPOSIBLE

En aquellos tiempos, con aquellas barajas, podía hacerse la chulería de que fuera el propio espectador quien comprara un par de barajas, una azul y una roja y con eso estaba todo. Con una baraja azul y una roja F505 se podía hacer cualquier cosa.

Abriéndolas in situ, empezando con el Rito de Iniciación que ya era por si mismo un espectáculo, una Lesn, con la terminología actual.

Y con la otra baraja todas las líneas reflejo.

Y esas barajas las había en el Corte Inglés.

Con aquellas barajas, las manos de Gabriel eran una auténtica maravilla.

Con las actuales también pero menos, aunque muy por encima de lo normal.

La técnica depende de la calidad del instrumento, que es una cuestión de tecnología.

Lo que no depende de la tecnología es el efecto estructural.

Una baraja tiene una forma interna independiente de su soporte físico.

Al hacer un despliegue que manifieste una de sus formas, se produce un nuevo efecto que ya no depende de la calidad de las barajas, con lo cual nos liberamos de karma de necesitar barajas de calidad exquisita.

La baraja, con sus estructuras simbólicas desplegadas, es una belleza en si misma, si se logra manifestar.

Mostrar el alma de una baraja es independiente de en que cuerpo se encuentre. Y eso es un nuevo efecto mágico. 

EL EFECTO ESTRUCTURAL

Si logramos mostrar, mediante una distribución completa, una da las estructuras luminosas de la baraja, hemos conseguido un efecto nuevo, que no puede conseguirse con un grupo de cartas, con el que se pueden hacer agua y aceites, carticidios varios, dime alto cuando quieras y esas cosas, pero no un efecto estructural.

Tenemos tres posibles distribuciones genéricas:

rectangular, entre ellas la forma zigzagueante,

zodiacal o radial,

y las circulares tipo brújula dorada.

Cualquiera de estas distribuciones provoca efectos estructurales, que son por si una categoría metafórica nueva, con una forma nueva de presentación, liberada de las técnicas convencionales.

Y esto es lo que llamo Magia no Lineal.

Y en esa dirección estamos avanzando.

Santiago 23 febrero 2014