martes, 22 de septiembre de 2009

El tensor ficcional I - por Mariano Vílchez

El tensor ficcional es un concepto que surgió del estudio de la magia ficcional, fruto del estudio de autores que cito en el artículo anterior, así como de las tertulias mágicas en La Peza, con Luis Arza y su grupo de trabajo.
Este concepto es nuevo en cuanto a término pero viene usándose desde hace mucho tiempo por magos, videntes, psicoterapeutas y sanadores en su concepción.


El concepto de tensor ficcional emana del de ficción mágica, pero va más allá de ella y la engloba.
Un tensor ficcional es todo factor que predispone a que el espectador adopte el modo ficcional[1] y se deje llevar por la ficción ofrecida. La conocida ficción presentacional sería sólo tipo de tensor ficcional (aunque clave). Pero además de ella, existen otros tensores ficcionales que facilitan y posibilitan que dicha ficción llegue a seducir y a subyugar al espectador por completo, permitiéndole vivir plenamente la experiencia mágica.
He elegido el termino “tensor” porque la palabra me genera ciertas asociaciones con otros usos del mismo término, asociaciones relevantes y muy en consonancia con lo el concepto pretende describir.
Por un lado el término “tensor” me sugiere el concepto físico de tensión elástica. La tensión siempre busca la distensión. Cuando tensamos una goma, la energía potencial elástica que la goma adquiere hace que ésta tienda a buscar recuperar su forma una vez que la soltamos. Así la tensión ficcional es un tipo de tensión psicológica que, una vez que nos atrapa, automáticamente necesitamos resolverla de algún modo y ese modo puede ser, si el mago lo permite, el de la experiencia mágica.
Una vez que el tensor o tensores ficcional(es) nos atrapan, nos sentimos irremisiblemente atraídos consciente o inconscientemente por la ficción propuesta y todo lo que sucede bajo su influjo tendrá una interpretación bien distinta a la que tendría sin la influencia de tales factores.
Por otro lado está la tensión dramática. Un relato, una novela o un guión de cine empiezan con un conflicto, con una tensión inicial que el lector o espectador necesita resolver. Y esta tensión nos atrapa, invitándonos a seguir leyendo o viendo la película. Mientras estamos sometidos a ella, no razonamos, ni pensamos en problema alguno. Sólo queremos seguir avanzando, dejándonos llevar por la trama y el flujo de acontecimientos hasta llegar al clímax de la película.
Al final, cuando se resuelve todo, nos sentimos liberados y en paz, con la sensación de estar de vuelta de un viaje o sueño enriquecedor (liberador y catártico en algunos casos).
Esta sensación de vuelta de un viaje o de despertar de un sueño puede también llegar a ser la sensación que queda tras la experiencia mágica.
Por último, la tercera analogía que me evoca el término “tensor” es la de la tensión sexual y su resolución[2]. Una vez que estamos viviendo una experiencia sexual, nos vemos impulsados irremisiblemente por ella hasta su consumación. Es una fuerza poderosa que nos lleva por un camino sin retorno. Nada existe durante la excitación sexual, como en el caso del espectador de cine. Mientras sucede, no hay problemas, ni otros asuntos que ocupen la mente, sólo el fluir de la experiencia hasta el desenlace orgásmico.
Así, una vez que te atrapa, el tensor ficcional no te suelta hasta el final del juego, con la resolución del clímax[3] mágico.
Los tensores ficcionales pueden clasificarse en tres categorías fundamentales. Cada categoría con sus epígrafes se desarrollarán en sucesivos artículos.
Tensores ficcionales inherentes al juego
La ficción presentacional del juego
El gancho inicial relativo al juego
La potencia del juego como ficción pura
El título del juego
El uso del silencio
Tensores ficcionales inherentes al mago (en cuanto a sus palabras y a sus acciones)
El gancho inicial relativo a la persona del mago.
El ritual
El gesto mágico
La mirada
El trato con los espectadores
Algunas sutilezas ligüísticas
.
Tensores ficcionales inherentes al contexto, a los espectadores y a lo que les proyecta el mago (carisma y personalidad)
La conversación previa
La situación
El público y los espectadores
Efecto al hilo
El juego previo
El aspecto
La fama
El estrellato
Dar pie a la petición del juego
La presentación del mago
La falsa improvisación
Continuará…
En el próximo artículo, se estudiarán los tensores ficcionales inherentes al juego.


[1] En el artículo MAGIA REALISTA VERSUS MAGIA FICCIONAL publicado en este blog describo el concepto de espectador con tendencia ficcional, así como el funcionamiento del modo ficcional.
[2] Además sospecho que la estructura ternaria de muchas producciones artísticas (obras de teatro, guiones de cine, sinfonías, juegos de magia) tiene una correspondencia evidente con el acto sexual. Esta estructura suele consistir en el planteamiento (la seducción, los juegos preliminares), el nudo que lleva al desarrollo (el acto sexual en sí) y en el clímax o resolución (el orgasmo y la vuelta al reposo).
[3] Una vez más vemos como se insinúa la correspondencia entre estructura dramática (en este caso mágica) y el acto sexual. El mismo término sexual “clímax” se aplica tanto al desenlace sexual como al de un drama o efecto mágico.

8 comentarios:

  1. Solo quiero indicar que el término "tensor" tiene un significado genérico que no tiene nada que ver con tensión,que es el empleado en el artículo. Un tensor es, en esencia, una matriz funcional, una herramienta abstracta para considerar globalmente los elementos de un fenómeno. Me confunde el término tensor en el sentido que está empleado en el artículo. Mucho mejor sería tensión ficcional.

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  2. Totalmente de acuerdo. El término "tensión ficcional" es el que mejor refleja el concepto descrito y el más sugestivamente evoca las nociones que voy a describir en estos artículos.

    Sin embargo, uso el termino "tensores" por pura coherencia morfológica, ya que estos factores son los agentes de dicha tensión, en el sentido de que la generan, por lo que son quienes tensan, de ahí tensores (según la primera definición del término de la real academia española: que tensa, origina tensión o está dispuesto para producirla).

    Entiendo que el término no funcione en los dominios físicos y matemáticos inherentes a tu formación, ya que ahí pasan a significar cosas totalmente distintas.

    Otras posibles opciones habrían sido "generadores de tensión ficcional" o "activadores de tensión ficcional", o incluso "tensionadores ficcionales" pero no serían tan económicos como "tensores ficcionales.

    Sin embargo, ahora que lo pienso "tensionadores ficcionales" tampoco está mal.

    No sé. Me has hecho pensar.


    Gracias por tu comentario.

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  3. ¿Y qué hay del tensor realista? Si bien el acto mágico busca la potenciación del efecto mágico como emoción propia de la magia, el resto de emociones denen apoyar y potenciar la emoción mágica. Dando por sentado que esta emoción surge del entorno racionalista, corremos el peligro de que la experiencia mágica se convierta en la experiencia ficcional. Luego la ficción debe ser una herramienta más de construcción, no el objetivo. Dependiendo claro del objetivo de cada uno, pero hablamos de potencia mágica. ¿Queremos que el espectador viva un sueño, un sueño mágico o una experiencia mágica equiparable a un sueño? Seguiremos tratando el tema...
    ¡Saludos y a seguir currando!

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  4. El tensor realista es interesante como concepto que incluye todo factor que resalta la imposibilidad del juego, su desafío a lógica y a les leyes de la realidad, como un Stop tamariciano por ejemplo.

    Creo que los espectadores están hoy en día más que nunca (con el racionalismo imperante, la revelación de juegos en youtube y en otros medios)más metidos que nunca en lo que tú llamas entorno realista.

    La mayor parte de los espectadores que van y asisten a un espectáculo de magia van con la preconcepción de que lo que van a ver tiene trampa y algunos van a la caza de las mismas. He escuchado más de una vez a un grupo de profanos destripar todos los juegos tomando café tras el show (y a menudo aciertan).

    Por ello, creo que en estos tiempos, para compensar este desequilibrio, hay que inclinar un poco más la balanza del lado ficcional.

    Yo no veo la ficción como una herramienta más, sino (en el que caso de que nos decidamos a usarla) como un marco fundamental y globalizador, eso sí envolviendo una estructura sólida como la que tú defiendes en tus planteamientos.

    Prefiero como bien describes una experiencia mágica equiparable a un sueño a un sueño mágico y un sueño mágico a un mero sueño.

    Pero incluso un mero sueño es preferible a un juego frío, sin trascendencia, presentado como simple reto de desiafar lo real, ya que este juego puede perder el reto y ser analizado o cuestionado mientras que el sueño sí que puede liberarnos, aunque sea por un momento, de los lógicos cimientos de la realidad.

    Y sólo por eso ya sería, en cierto modo, mágico.

    He disfrutado mucho voviendo a ver el vídeo de tu charla en Granada. Tiene cosas muy interesantes sobre las que "tertuliar".

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  5. Que tal!

    Me gusta mucho tertuliar con vosotros y contigo Mariano. Habría mucho que seguir hablando y cuanto más profundicemos más cuestiones saldrán con el peligro de perdernos, pero creo que no es el caso porque la luz que nos ilumina al final es la misma y todos caminamos hacia el mismo sitio.

    Creo que intentaré intentaré plasmar algunas ideas en forma de artículos para un mejor entendimiento, principalmente mío je,je. El problema es que esas reflexiones proceden de una concepción particular, en constante evolución, pero con las premisas claras. Por tanto para asimilarlas mejor quizá hay que despoblarse de ideas férreas preestablecidas y pensar en varias dimensiones, ya que a pesar de buscar las estructuras y el aprovechamiento de todo, no me cierro a catálogos ni catalogamientos, siendo incluso si es necesario según la situación, el mensaje o emoción a transmitir, contradictorio. Y perdonad que hable en primera persona pero no puedo evitar que lo que salga de mi cabeza y espíritu sea mío, aun inducido por otros.
    Por tanto parto de una visión que pretende cierta evolución.

    Parto de que la construcción es el elemento base para crear la magia a través de la secuencia mágica, rutina, juego o acto. Hablo de magia al referirme a la emoción mágica, que es la pretendida a través de los medios a nuestro alcance, llámalo ilusiones, pretensión de magia real,etc. Con la idea metafórica presente, el simbolismo inherente al hombre y a los objetos, resto de emociones, y demás potenciadores innumerables; pero el fin es crear la sensación mágica, más evolucionada incluso transcendiedo a esta elevando a la persona a una concepción superior (como ya se ha apuntado por aquí), pero a través de ese fin. Y todo eso a través de un arte interpretativo. Esto ya engloba otro sin fin de cuestiones como estructuras dramáticas, tramas y subtramas, planos ficcionales, etc.
    En definitiva y resumiendo mucho, para mi la construcción engloba todo y todo debe estar presente, en mayor o menor medida depende del caso y con mayor o menor relevancia depende del mensaje a destacar o del tipo de emoción mágica
    (otro tema que quiero tratar en el artículo del realismo ficcional: tipos de emociones mágicas).
    Es decir, la construcción para mi no es una búsqueda de la cobertura de la trampa y de una presentación digna, sino toda una base estructural que engloba todo lo que lleva al resultado de la magia. Es más, muchas de ellas están englobadas en la herramienta del Autoconvencimiento que planteo en las obras, pero no entremos en otras cuestiones...(sigue)

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  6. Y no entro por ahora en la diferenciación entre ilusionismo y magia real, porque la emoción o reacción que se produce en ambas es la misma, aunque a través de diferentes medios. Una experiencia mágica bien construida causa la
    misma sensación si es a través de ilusiones que si es a través de poderes reales, porque si el expectador llega a creer que tenemos poderes, da igual que no los tengamos, y si los tenemos, necesitaríamos igualmente una construcción para crear la emoción. En fin...(sigue)

    Intento contestar párrafo a párrafo:

    1-Podría definirse el tensor realista y buscar ejemplos y métodos, pero por ahora no lo veo necesario pues actualmente intento pensar "con dimensión de profundidad o abstracción" y los intentos de catalogación me limitan; solo los llevo acabo cuando necesito plasmarlo para transmitirlo y para una mayor comodidad y facilitar la comunicación. El stop tamariciano es un ejemplo pero el Autoconvencimiento lleva a ello de forma más sutil y quizá profunda. LA vía mágica (a la concepción de la vía que lleva al arco iris mágico me refiero), habría que estudiarla en su totalidad metafórica-real, de los cuales los stops son obstaculos a trascender.

    2-Vivimos en un mundo indudablemente racionalista. Pero sin esa razón, no comprenderíamos el otro lado de las cosas.El símbolo existe por si sólo pero sin la razón que lo "analice" no lo comprenderíamos.Incluso los arquetipos tienen sus fuerza al chocar contra la razón (volvemos al Autconvencimiento), pues si la consciencia colectiva asume cosas antroplógica o intuitivamente, la roptura de esas presuposiciones causan efecto.
    Incluso para tener consciencia de la ficción hay que partir de la razón, como las dos caras de una moneda. Si no tienes consciencia de ella, está latente pero no perceptible. Por tanto siempre jugamos con las dos caras de la
    moneda no pudiendo negar ninguna de ellas.
    Y la consciencia del truco a que te refieres más generalizada es por la falta de respeto que hay a la magia y porque la mayoría de la gente se queda en el porqué, no buscan el cómo. Pero eso pasa en todas las artes. Si actualmente vivimos un momento de involución, giremos el enfoque. Gracias a eso hay más aficionados y es casi una obligación el evolucionar y hacer ver que eso no es la magia. De las grandes crisis surgen las renovaciones y los reforzamientos.(sigue)

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  7. 3-El que los espectadores vayan a las actuaciones a pillar el truco y solo vean trampas y desafíos puede ser más culpa del mago. No está presentando magia, está presentando rompecabezas y trucos. Y si después del show encima son capaces de destriparlos, es que el mago no ha hecho bien su trabajo. Personalmente me he enfrentado a públicos
    nefastos que por mucha ficción que le metas, son burros y punto. Pero te puedo asegurar que después no eran capaces de destripar ni un juego...
    Siempre algo pueden intuir o ver, pero igual que si en un teatro de marionetas de vez en cuando "se deja ver algún hilo". En nuestro trabajo está que no se así, ni siquiera su sospecha o conociemiento de su existencia.

    4-La magia por si misma ya es una ficción y una experiencia ensoñatoria. Ya con eso se equilibra la balanza. Y sigo diciendo que la ficción es buena. Pero es una parte más. Lo que no quiero es que os perdais en el universo
    ficcional...El resto del trabajo depende del artista. Utiliza tus herramientas, sensaciones y emotividades.

    5-La estructura es fundamental. Incluso para los que pasen de las estructuras, porque aun así están creando su tipo de estructura. Tú mismo estás definiendo la ficción como una "herramienta" más. Pero en tu caso le das más importancia que otras y la conviertes en un elemento globalizador, con sus ventajas y peligros (en mi caso sería el Autoconvencimiento). Y cito aquí una definición que considero muy acertada (que me guardaba para un artículo) que identifiqué enseguida con el realismo ficcional y que surgió en las conversaciones con Luis García:"...la magia
    parte del realismo con la idea metafórica presente y en la cual la ficción es un elemento más en mayor o menor medida...".(sigue)

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  8. 6-El ideal es la experiencia mágica que englobe mayor número de emociones y fascinación, pero prevaleciendo la mágica.

    7-El que haga "un juego frío, sin trascendencia, presentado como simple reto de desiafar lo real", no está presentando un juego de magia, está reproduciendo un truco. Hablamos de cosas distintas. Sólo realiza un rompecabezas y eso no es lo que estamos tratando. A eso creo que ya hemos transcendido.
    Aun así, todos los juegos pueden ser analizados, al igual que no todos los juegos pueden ser liberadores. Y los
    sueños también pueden ser analizados y no ser liberadores, como en el caso de una pesadilla.No nos perdamos.
    Está bien olvidarnos por un momento de la realidad, pero sin esa realidad (sea real ciertamente o no), lo demás perdería su sentido, pues pasaría a ser la realidad.

    8-Sí. Simplemente por eso la magia merece la pena. Y por tener amigos como vosotros.

    Seguiremos hablando y compartiendo ilusiones. A seguir currando...
    ¡Gracias y abrazos!

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