jueves, 6 de enero de 2011

Unidad perceptiva y emocional - por Manu Montes

UNIDAD PERCEPTIVA Y EMOCIONAL

Manu Montes

Tras muchas reflexiones y abstracciones a veces es necesario “bajar al papel” y plasmar algo
de esos pensamientos que van formando el proceso evolutivo y formar conexiones entre
ellos para intentar esa transmisión de ideas del todo necesaria, evocativa y a veces hasta
provocativa. Así que unas breves notas sacadas del remolino de las ideas.


Los intentos clasificatorios y definitorios son necesarios, pero una clasificación plantea el
problema de que al hacerla aparecen de repente nuevos subgrupos o subgéneros y a veces
fuerzan a revisarla, crear una nueva, cambiar o crear el punto de vista del enfoque buscado
o encontrado. Lo mismo que al teorizar, toda teoría puede ser contradictoria en si misma
o “revocada” por otra teoría, por lo que supone mayor beneficio aclaratorio quizá sea definir
conceptos (aunque para ello hay que teorizar). Uno más uno es dos. Eso es así en todo el
universo. Ahora bien, del uno al dos hay infinitos decimales en los que dividir la unidad,
igual que del blanco al negro hay infinitas tonalidades, y al igual que todos nos movemos en
una “línea” con dos extremos a los cuales quizá nunca se llega, estando cada vez más cerca de
un extremo que de otro; pero los dos extremos, son.

Para que haya efecto mágico en una secuencia mágica, siempre debe existir una situación
inicial para que contraste de una situación final. Una situación antes de que se manifestase la
magia y su resultado. Y aquí, entendiendo como magia el fenómeno que provoca el “cambio”,
pero podemos entrar ya en medir intenciones que buscan acentuar la manifestación de ese
fenómeno (la magia), que buscan acentuar el resultado producido o el efecto (la magia[?]),
que buscan acentuar la situación creada “artificialmente” de ficción para potenciarla como
consecuencia del efecto mágico (la magia[?]) o que buscan la potencia la emoción del asombro
y del misterio a través del efecto mágico haciendo clara y evidente su imposibilidad y no
explicación (la magia[?]) y tantas otras acepciones de ideas sobre magia.

Entonces ¿con cual nos quedamos? El primer paso es eliminar el estereotipo de ilusionista
y de de mago (estereotipo, no arquetipo). Simplemente con eso ya se potencia la figura y
es más posible su fusión. Al crearse o entenderse una nueva figura, el lastre viciado que
arrastrábamos ya pesa menos y podemos reescribir el camino con más facilidad. Ahora
debemos buscar dónde ubicarnos, cual es la idea a transmitir. ¿Es la magia fuerte de por sí
como energía renovadora? ¿Es fuerte emocionalmente por si misma? Con la idea ficcional, el
riesgo es que el efecto mágico sea absorbido por la ficción pues al romper momentáneamente
el vínculo con la realidad, un suceso mágico puede perder su significado de misterio y de
asombro pues en esta nueva realidad formaría parte de sus leyes naturales y por tanto el
suceso ocurrido en la realidad formal puede resultar hasta más asombroso visto desde la
realidad ficcional, pues es el puente entre las dos realidades. Por tanto, no han de anularse,
sino complementarse. La negación del truco no es necesaria, porque es evidente, pero su
espectro ¿debe estar presente? Quizá sí, si no, ¿cómo negarlo? ¿Cómo no negarlo? ¿Para
qué negar algo que no existe? ¿Para qué no negarlo si no existe? Si el truco o la técnica es
inexistente, no cabría plantear su inexistencia, pues al plantearla hacemos que exista.

Son pues emociones diferentes y enfoques diferentes. Y eso es bueno, si el objetivo es el
mismo, aunque no el fin y a veces ni el medio. ¿Sucede lo mismo con la aceptación de la
magia real? Si la magia es real, deja de ser un elemento de inducción a la ficción de por sí, y
toda representación de magia era una recreación ficcional por sí misma. Pocos saben cómo
funciona realmente un móvil o una bomba nuclear, pero ya nadie se asombra de que desde mi
casa pueda hablar con China sin un cable de miles de kilómetros. Si la magia es normalizada,
¿podría perder su capacidad de emocionar y asombrar? ¿Dependería íntegramente de la
estructura dramática del acto? Creemos que no, pues seguirá siendo “otra realidad a la que
accedemos en momentos de interconexión de esta a través de los instantes mágicos”. Ambas
reales, pero ambas en su dimensión.

Por tanto, al plantear el diseño de las secuencias mágicas y de las unidades metafóricas, desde
un punto de vista estructural, totalmente necesario y del que mantenemos la construcción
de una estructura dramática, se habla por ejemplo del diseño desde el punto de vista del
prestímano y como mago, para llevar el diseño a ser vivido. Quizá una clave sea el diseño
directamente como mago, no como personaje o parodia, sino como esencia (incluso desde la
banalidad del arte)…

Y para terminar estas reflexiones por hoy, hablar de nuevo de Las Pistas Falsas. El asombro que
lleva a la emoción del misterio inherente al efecto mágico parte de no obtener una explicación
palpable (no truco). Por tanto, el no tener explicación “racional” posible, ayuda a llegar a la
mágica. Pero cómo se pretende negar algo sin que este se evidencie. Una vez que mencionas
un posible truco (como por ejemplo: “Mira que la mesa no tenga una trampilla en medio…”),
el hecho de querer negar algo, aunque sea para negar otra cosa implícitamente, eso hace
que se cuestione y aunque sea evidente tras su demostración, puede después recuestionarse
(tendría una trampilla pero muy bien escondida…). Lo que llega desde la percepción y el
convencimiento del propio espectador no se cuestiona, no se cuestiona a sí mismo, por tanto
para ello empleamos el Autoconvencimiento: “Mago: Golpea el centro de la mesa con la
palma. ¿Te has hecho daño? Cómo está la mesa…” Espectador: “Bastante dura”. Ya está hecho.
Y las demás alternativas que pudieran estar asociadas (una trampilla, un falso tapete, un
agujero movible…) son eliminadas y no planteadas al venir directamente de su convencimiento
y por tanto, contagiado a todos los espectadores. Es decir: componemos directamente como
magos, desde fuera, implantando ideas, guiando al espectador y desde su visión.

3 comentarios:

  1. No deja de sorprenderme el nivel que está adquiriendo el pensamiento mágico en Andalucía. Aquí en Galicia no existe el más mínimo interés por ningún planteamiento teórico. Dicho esto, paso a hacer algunas reflexiones sobre tu artículo.
    Toda teoría, por definición, tiene una validez limitada. En concreto, la teoría de secuencias se generó a partir del modelo que denominé “Secuencias Alucinatorias” (Las Damas, El Eterno Retorno, tu Contrapunto, cualquier secuencia de cambios…) donde su estructura es clarísima. Pero si pasamos a la adivinación de una carta elegida, (captación de su simbolismo intrínseco), la teoría no está tan clara. ¿Qué contraste hay aquí desencadenante del efecto mágico?. Esta insuficiencia de la teoría de secuencias generó la noción de UMf, porque no siendo claramente una secuencia mágica, no hay duda que sí es una UMf. Tema complejo que hurga en la naturaleza intrínseca de la misma magia, de ahí mi sorpresa inicial.

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  2. Interesante reflexion sobre dos teorias aparentemente antagonicas (ficcion-realidad) y a la unica conclusion logica que se llega es que son complementarias, se necesitan mutuamente para que la MAGIA surga.
    Si las dos teorias "tensasen" una imaginaria cuerda el dilema para el mago seria saber en que lado de la cuerda quiere balancearse.Creo que es muy importante tenerlo claro a la hora de presentar tus efectos pues predisponen (o no) al espectador a integrarse en el "tipo" de espectaculo que estan viendo.

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  3. Volviendo al tema de las pistas falsas, el hecho de que el espectador cuestione y recuestione se debe a que el EfMag solo le intrigó y el EfMf no llegó a producirse. Se trata de una técnica estructural “clásica”. En este caso, para ocultar el truco real, plantea trucos ficticios con objeto de que el espectador asuma que lo que pasó se debió a la magia. Pero esto absorbe todas las posibilidades del guión y prácticamente anula la posibilidad de plantear la idea mágica.
    El Autoconvencimiento, aunque parte de las pistas falsas, es una técnica estructural de 2º orden: El mago, desde fuera, guía al espectador hacia el EfMf, y circunstancialmente va eliminando interferencias que podrían empañar el efecto final. Es decir, no busca la ocultación del truco sino la potenciación de la Idea mágica o metafórica que se quiere expresar. Y como está en otro nivel de intencionalidad, digo que es una técnica estructural de 2º orden.

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