Una ventana a la imaginación - por Luis Olmedo

Hay veces que un libro, estudio, teoría… no dejan de ser palabras sobre el papel hasta que no se llevan a la práctica. Muchas veces resulta difícil ver su utilidad real más allá del papel y la reflexión personal. No hablo solo en el ámbito de la magia, si no en el mundo en general. Cuántas veces nos hemos planteado de qué sirven ciertas cosas en todos los aspectos de nuestra vida.

Sin embargo, hay veces que vemos la muestra. La imagen en la que queda reflejada como si de una fotografía se tratara, aquello que en algún momento nos causó cierto escepticismo o inquietud de hasta qué punto puede ser útil. Siendo más concreto, me refiero a las reflexiones, palabras y estudios de Luis García sobre la magia.

Y quién mejor que Manuel Montes, con un trabajo recién sacado (El Trabajo Prohibido) sobre teoría mágica referente a la experiencia mágica, para aplicar las ideas y reflexiones y probarlas con público.

Y es que este fin de semana, tuve la oportunidad de acompañar a Manuel en su aventura por Ciudad Real. Una nueva sesión de magia de cerca, en la Tetería Pachamama. Ya había visto su sesión “Speculum”, y me había dejado muy buen sabor de boca, sobre todo al ver la reacción del público ante temas con cierta simbología. Sin embargo, algo ha llovido desde aquellas sesiones, y lo que era una influencia en pinceladas, ahora es algo más profundo.

La idea de esta nueva actuación, era probar todas aquellas ideas y teorías, conjeturas y pensamientos, y ver su utilidad real ante público, que al fin y al cabo es lo que cuenta. Ideas de “El Trabajo Prohibido”, que verían la luz por primera vez en sesión formal en manos de Manu.

Lejos de la amistad, y siendo objetivo, lo que más me llamó la atención fue la capacidad de crear una atmósfera mágica que pocas veces antes había visto. Entre alusiones a luces y sombras, ideas metafóricas y simbologías, el público se iba metiendo en situación. Los juegos se sucedían y la gente iba reaccionando cada vez mejor, pasando del humor a lo más serio.

Habría varios ejemplos de cómo juegos de su repertorio han evolucionado, cambiando radicalmente la reacción del público con estos, tan solo con la introducción de una idea metafórica y un cambio en la emoción a transmitir. El ejemplo más presente y que más me sorprendió, fue la rutina de “Triunfo al palo”, que muchos habréis podido ver. En ésta, introduciendo una idea metafórica a la construcción que ya tenía, hizo que el público reaccionara diez veces más que sin ella.

Claro está que varios factores son los que pueden influenciar, pero si bien es cierto que la atmósfera mágica creada a partir de ideas mágicas, con el fin de provocar la experiencia mágica, hicieron que fuera ese el culmen de dicha experiencia.

Otra de las cosas a destacar, es el haber podido constatar con mis propios ojos la fuerza de la Baraja Simbólica del maestro Luis García, en el contexto de una sesión de magia con profanos. En una rutina que combina la asimetría de las cartas de forma abierta, con el concepto de orden y caos, la reacción por parte del público fue muy positiva, por lo que entiendo que todo se comprendió y el efecto mágico también. Algo sin duda muy positivo y que en mi opinión seguirá creciendo.

En definitiva y como resumen-conclusión de este pequeño artículo, el trabajo está ahí. Una corriente distinta y diferente, de la que pienso que se puede sacar mucho partido, o como mínimo reflexionar sobre nuestra magia y hacia dónde queremos ir. Una corriente cuyo precursor es el maestro Luis García, y a la que todavía le queda mucho por cortar.

“Una ventana a la imaginación”, que haga plantearnos nuestra magia.

Luis J. Olmedo