El pasado 25 de Julio Juan José Hidalgo, Alesku y un servidor sin pensarlo dos veces nos pusimos en marcha para visitar a nuestro gran amigo Luis Arza.
La idea ere simple y sencilla, compartir un fin de semana de charla y disfrutar de su compañía y hospitalidad. Durante el viaje, que duró cuatro horas aproximadamente, como ya os podréis imaginar se habló sin parar, de como entiende cada uno eso que se llama magia ¡Joder! Ni en eso somos capaces de ponernos de acuerdo. Naturalmente se habló de los momentos tan chungos que está atravesando nuestro país y por consiguiente como nos está afectando, sobre todo a los magos profesionales. Aquí hubo consenso rápidamente:
¡Vaya mierda! ¡Lo peor, lo que nos queda! Juan José: ¡Jodeeeeer, quillo, para el coche que tengo el trasero echo polvo y además tengo que hacer pis! ¡Por fin una estación de servicio! ¡Uf! ¡Qué tranquilo me quedé, venga un cigarrillo y seguimos!
El resto del viaje más de lo mismo.
Por fin llegamos a la Peza y allí estaba Don Luis con una sonrisa de oreja a oreja y con esa pinta de "gurú loco", esa melena a los cuatro vientos y las barbas a lo Carlos Marx, todo ondeando al unísono como si de la bandera del pueblo se tratase.
¡Sorpresa! El amigo Luis no estaba solo, le acompañaban dos magos, Pedro Bryce y Juan Villarejo. Después de las oportunas presentaciones, Juan José habló de nuevo:
¡Jodeeeer! ¡Qué calor mas grande! Vamos a tomar una cervecita ¿no?
Y fue en el bar donde empecé a tomar conciencia de los dos pedazos de magos que acababa de conocer, ya no sólo por el manejo exquisito que tenían, sino además por las ideas tan claras, sobre todo a la hora de exponerlas y de analizar la construcción de los diferentes juegos de los que allí se hablaron. ¡Bravo! Más tarde se incorpora un viejo amigo "Voty", al que ya conocía de la época en que viví en Granada.