Serie "El Túnel del Tiempo" I - por Luis García

1. El fin de la Magia Metafórica

Una serie de insólitos acontecimientos se han concentrado en este punto central de Agosto.

El martes 13, después de enterarme de que los policías que nos identificaron el martes 6 no eran reales, me volví invisible en la plaza.Entonces se produjo la señal: un perro con zapatos Martinelli que llevaba a un señor con cochecito de niño a su servicio, apareció de repente.

Un perro con zapatos Martinelli de verano para pasear por el Obradoiro, sin duda los tiene de charol para las fiestas y recepciones de la alta sociedad, y para mi fue una señal equivalente a la aparición del Sapo para su grupo de fieles.

En lugar de comer escribí un artículo muy gracioso en la Taberna del Tío Raúl. Y aprovechando la inspiración un contundente escrito de respuesta a las fantasmales provocaciones del Concello. Se que fue así porque llamé a Arza y le conté la anécdota del perro y nos reímos mucho. Pero cuando volví a mirar en el ordenador, había desaparecido. Perdí el resto de la tarde buscando y el otro resto intentando reconstruirlo.

Fue inútil. Le puse un mensaje a Arza: “me he cargado el artículo del perro. Me voy a entrenar”

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Llegué pronto al gimnasio de Sar y se me ocurrió visitar el río. Y de nuevo la realidad mágica se cruzó con esta realidad ordinaria. La señal del perro tuvo su corroboración perfecta.

En ese paseo entré en un túnel del tiempo que me proporcionó una visión nítida de Santiago a comienzos del tercer milenio, las ruinas de la Ciudad de la Cultura, los bosques de Belvís, la selva tropical del valle por el que discurre el Sar, las comunidades rurales esparcidas por las laderas de sus colinas… pero esta es una historia para mas adelante.

Fue al regresar al aparcamiento cuando se produjo la tercera irrupción de lo insólito en la realidad ordinaria. Se me presenta de golpe la idea para el artículo que me había pedido Arza para fin de mes. Y no solo de un artículo sino de una serie en la que vamos a abordar la magia desde un nuevo enfoque.

Todo lo que hay hasta ahora está ya muy visto.

Es como si se me hubiera aparecido un duendecillo, mensajero del otro mundo, para decirme: “Ya vale. Tienes que decirle a tus colegas que la magia metafórica no existe. Ya no queda tiempo que perder”.

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Recordemos brevemente como surgió todo esto: Un buen día el ilustre Kiko me explicó la diferencia entre magia ficcional y magia realista, y cierto tiempo después alguien etiquetó lo que yo hacía como magia metafórica. No contentos con esta confusa terminología, otros pensadores de lo profundo crearon la nueva categoría del ilusionismo metafórico, una especie de estado intermedio entre el ilusionismo realista y la magia metafórica. 

Es hora de resolver este embrollo como hizo Alejandro con el célebre nudo que no se podía desanudar.

Si la magia metafórica existiera, el adjetivo mas adecuado sería hiperrealista, puesto que trata de expresar una idea de la Otra Realidad mediante un efecto en esta realidad en la que no se admite la magia.

Por ejemplo, la imagen de la carta desaparece literalmente, ante los ojos del espectador, para ilustrar el efecto metafórico de que el espíritu viaja realmente en ese Otro Mundo que el espectador no puede admitir.

Por otra parte la Biblia es mf, el Corán es mf, todos los libros sagrados son mf…toda la realidad importante es mf.

Esto no es discutible. Todos los efectos mágicos relatados en la Biblia son metafóricos, en particular la Voz que detiene la mano de Abraham y surge de la zarza llameante, la Serpiente que se transforma en el bastón de la Sabiduría y devora las de los hechiceros egipcios, el Maná alimento que cae del cielo, el Mar que se abre ante la Serpiente de Bronce…

Todos estos efectos ilustran la irrupción de una realidad que es consecuencia de la formulación de una nueva divinidad cuyos componentes estructurales son la Serpiente inscrita en el Elemento Fuego, el Viento transformado en La Voz que da el Alimento del Espíritu… (no estoy haciendo ni quiero hacer aquí una descripción exhaustiva. Solo unas pinceladas como ejemplo)

Igualmente en la Baja edad media se configuran los elementos estructurales del Caballero y el Arquero, la Dama y el Rey que dan lugar a la llamada civilización occidental, una de cuyas obras simbólicas clave es precisamente el Quijote.

Isthar cruza las siete Puertas, relato metafórico para ilustrar el hecho de que los dioses mueren tras sufrir siete encarnaciones y al acabar su vida entrópica se recargan de energía mágica en los infiernos para sus nuevos renacimientos, idea metafórica mucho mas profunda que todas las que aparecen en la Biblia.

Todos los magos antiguos sabían esto.

El problema surge cuando el relato metafórico se toma como literal, o peor aún, como absoluto, tratando de imponer una única realidad metafórica, cuando, como todos los magos saben, hay infinitas.

Olvidar estos conocimientos o simplemente ser un ignorante por no haberlo sabido nunca, es lo que lleva a los ilusionistas a creerse que literalmente están haciendo un truco, porque son incapaces de asumir que en realidad están haciendo otra cosa.

El truco no solo niega la realidad metafórica sino que anula el propio relato que la ilustra, algo así como “te voy a hacer un truco que es tan perfecto y sofisticado que tu no lo vas a ver, pero si lo ves eres idiota porque entonces no disfrutas”. Este discurso está completamente obsoleto.

Recuerda el mensaje de los políticos a los ciudadanos: “cuanto de menos se enteren ustedes mas van a disfrutar de la realidad ficticia que les hemos preparado y que hemos llamado estado democrático de derecho. No sean malos y no piensen que para eso estamos nosotros”.

Es la carga ideológica ultra racionalista de la ultima película de magos: delante de toda la policía mundial vamos a robar un banco y nadie se va a enterar (excepto el Listo), y además lo vamos a repetir.

Y el hastío que produce la película no hace mas que corroborar el vacío que hay cuando todo lo que se muestra no es mas que puro truco.

La magia mf fue una propuesta radical e incomprendida, porque en lugar de ocultar el truco, lo que planteaba es desvelarlo (o en su caso enmascararlo en una secuencia alucinatoria) para que no impida ver la realidad mágica.

No hay magia metafórica, ni magia realista, ni magia ficcional. No hay ilusionismo metafórico por las mismas razones que no hay ilusionismo realista ni ilusionismo ficcional. Hay magia y hay ilusionismo, hay magos y hay ilusionistas. Los magos hacen magia, los ilusionistas muestran trucos.

Así de simple y así de claro.

Pero también así de profundo y así de revolucionario.

Continuará

Taberna del tío Raúl
vie 16 ago 13